Un error habitual del enfoque en el trabajo de protección es centrarlo en la intervención que se realiza con las posibles víctimas o con quienes agreden. La clave de la protección es generar los llamados “entornos seguros y protectores”, entornos donde las personas puedan llegar a desarrollarse plenamente, donde puedan ver respetados sus derechos y que estén libres de cualquier forma de violencia. De esta forma, aunque una persona quiera agredir a otra no podrá hacerlo porque el entorno no le brindará posibilidad u oportunidad para ello.

Generar estos entornos seguros y protectores es relevante para cualquier entorno donde conviven personas, pero lo es aún más para aquellos entornos donde conviven niños, niñas y adolescentes cuya protección es responsabilidad última de los adultos a cuyo cuidado están y de las instituciones, organizaciones o entidades responsables de gestionar ese entorno. Y en el caso de personas, adultos o niños, que están sufriendo es condición imprescindible para su recuperación. Pensemos en un hospital, una residencia de personas mayores, o un centro de protección. Si desenvolverse en entornos protectores es la clave para lograr el desarrollo pleno de cualquier persona, lo es aún más cuando ese desarrollo está siendo dañado o cuando esa persona está en una condición de especial vulnerabilidad.

Por lo tanto, la generación de entornos seguros y protectores es garantía de calidad y rigor técnico en el trabajo con personas. Lo difícil es visualizar todos los indicadores que se han de tener en cuenta para definir un entorno como seguro y protector. Estos indicadores permiten tanto definir el diseño inicial de cualquier entorno de convivencia (centros, hospitales, oficinas, centros comunitarios, escuelas, polideportivos, etc.) como la evaluación de riesgo de los ya existentes.

Este trabajo que presentamos hoy, La promoción de entornos seguros y protectores en Aldeas Infantiles SOS América Latina y el Caribe (Horno, P., 2018), elaborado para Aldeas Infantiles SOS en América Latina y el Caribe, recoge un sistema de indicadores específicos, con un valor mínimo que se debe garantizar y un valor óptimo hacia el que se debe trabajar en cada indicador. Este sistema de indicadores se ha desarrollado desde un modelo que desde Espirales CI llevamos ya un tiempo trabajando. Está estructurado en torno a cuatro niveles: el entorno físico, el entorno emocional, los equipos conscientes y el protagonismo de las personas que conviven en el entorno.

Dos versiones del documento:

Este trabajo forma parte de un proceso de toma de consciencia organizacional, no individual ni de un equipo de trabajo en concreto, sino de toda una organización. Un proceso que es tan necesario como poco habitual en las organizaciones, entidades e instituciones que trabajan con personas, y en concreto aquellos que trabajan con niños, niñas y adolescentes en situaciones de riesgo o desprotección.

Se diseñó para promover la calidad del trabajo de la organización a través de la revisión de todos los espacios en los que trabaja su organización: las oficinas donde conviven su personal técnico, los hogares de cuidado alternativo y los centros de intervención preventiva comunitaria.

En este proceso no se analizan solo los entornos donde Aldeas Infantiles SOS trabaja directamente con niños, niñas y adolescentes, sino los espacios en las comunidades y los espacios internos de la organización, incluidas las oficinas y equipos de trabajo. Porque aquellos profesionales que no trabajan en entornos seguros y protectores para ellos, con cargos directivos que saben ser lideres protectores para sus equipos, no van a ser capaces de generar condiciones seguras en los entornos de atención directa. Es un proceso de consciencia organizacional que o funciona en cascada o no funciona.

Quiero agradecer en nombre de todo el equipo de Espirales CI la confianza que la oficina regional de Aldeas Infantiles SOS en América Latina y el Caribe ha depositado en nosotros para acompañarles y asesorarles en este proceso organizacional los últimos años. Y en concreto los aportes que la red de protección de la organización en la región, liderada por Lucía Miranda y Dayán Mora han realizado a este documento.

Esperamos que la estandarización de este sistema de indicadores ayude a favorecer este proceso y permita su replicación en otras instituciones, entidades y organizaciones responsables de la atención y cuidado de personas.

Pepa Horno


Actualización a 21 de diciembre de 2018

Ahora disponible en inglés / Now available in English: Promotion of safe and protective environments at SOS Children’s Villages in Latin America and the Caribbean.