Uno de los pilares de la filosofía de Espirales CI es la generación de redes. Trabajar en red te hace crecer como profesional y como persona. Pero luego hay redes y redes. De vez en cuando te llega el regalo de estar en un grupo de trabajo con profesionales a los que sientes a menudo como mejores que tú, profesionales que te retan, te impulsan, te impelen. Con los años he aprendido que no sólo han de ser profesionales a los que admire por su nivel profesional. Tienen que ser personas a las que admire por su calidad humana, su calidez, su honestidad y algo aún más raro: por su capacidad de ser generosos con su tiempo y su conocimiento. Qué difícil es encontrar profesionales que compartan lo que hacen y cómo lo hacen, que entiendan ese compartir como lo entendemos en Espirales CI, como nuestra forma de devolver a la vida tanto como hemos recibido.

El grupo de profesionales de “Renovando desde dentro” se incluye entre este grupo de profesionales, esos que me hacen mejor persona y mejor profesional. Porque luego empezamos a conversar y, como si nada, acabas comprometiéndote a una pequeña locura, nada más y nada menos, que a tratar de definir lo que es “consciencia”. Esa palabra mantra que se ha convertido en piedra angular de nuestra intervención profesional, pero también de mi mirada al ser humano y su posibilidad de cambio desde la libertad.

Así que aquí comparto el enlace al artículo que ha resultado de ese reto. Se llama “Definiendo la consciencia”. He tratado de desarrollar los indicadores que yo uso para diferenciar una mirada, una intervención consciente en el rol educativo, de crianza o de cuidado. Indicadores que pueden usarse también en un proceso de mejora de la calidad profesional y de cambio organizacional.

Espero no salir demasiado mal parada del resultado. Y sobre todo, como siempre, espero que os pueda ser útil.

Pepa Horno